En ocasiones las personas somos muy poco lógicas.
 
Imagínate una tarde con amigos en uno de vuestros bares preferidos.
 
Suena la música que te gusta, el ambiente palpita, oh yeah...

Estáis tomando unos vinos, después unas copas, risas, todos happy, living la vida loca.
 
Qué si un cotilleo por aquí, qué si un desahogo sobre el cansino del jefe por allá, que si me gusta el de administración...

 
Llega la cuenta y nos meten un buen clavo: 44,33 € por persona, un vinito, una copa y algún pinchito.
 
Ahora la inflación y la guerra de Ucrania lo soportan todo.
 
TODO está carísimo, sin embargo esta cuenta la pago con gusto. Ni miro los precios, aleeee que más da. ¡Qué nos quiten lo bailó!
 
Al día siguiente mientras hago la compra en el supermercado me encuentro con un gran dilema.

 
OMMMMMMMM
 

Alarmas, colapso, bloqueo, mi cerebro pide resolver la ecuación cuántica de gastarme 80 céntimos más en un producto más sano.
 
Ahí, sobre el estante del supermercado tenemos a nuestros nacho orgullosos, con su traje de luces. (link a los productos página venta del nacho garbanzo)
 
Al lado de ellos, los Popped (link a página de venta de los popped) de lentejas luciendo músculo y sexy sencillez porque solo tiene 3 ingredientes. Nos guiñan el ojo...

 
Pero OMG esa bolsa tan cool cuesta 2,49 €. It´s too much!!!
 
Por favoorrrrrrrrrrr. Pero esos 44,33 € en veneno, perdón en copas, es barata. WTF! :)
 
Ey y que alguna copita nosotros también nos tomamos ;) pero no está de más ser conscientes de nuestra incoherencia.
 
Somos más caros que otros, SÍ, rotundamente SÍ, también somos mejores, lo vale. Y no es chulería es objetividad.
 
Lo que es caro es enfermar por unos malos hábitos. Por elegir mal dónde gastar y dónde no. Eso sí es extremadamente caro.
 
Y este año se nos olvidó unirnos a las súper rebajas de enero.
 
No podemos hacer descuentos de un 40%, imposible con la calidad y valor de nuestros productos.
 
Pero tenemos debilidad por tí, así que hay una última sorpresa: